Los callos no son exactamente la característica más atractiva del pie de atleta, pero cumplen un propósito importante, especialmente si corres distancias muy largas. También son útiles para quienes caminan descalzos al aire libre con regularidad, tocan un instrumento, caminan o usan las manos para realizar trabajos laborales.

Antes de la invención del calzado, los callos desempeñaban un papel importante en la protección de los pies y en la mecánica corporal. Eran como los zapatos de la naturaleza.

Ahora que usamos zapatos durante todo el día y para recrearnos, los callos ya no son tan importantes como antes, pero ¿eso significa que debemos deshacernos de ellos?

¿Qué es un callo?

Los callos son capas de piel gruesas y duras que se desarrollan cuando el pie experimenta fricción o presión frecuente en el mismo lugar.

En los pies, los callos generalmente se desarrollan en la planta de los pies, en las puntas de los dedos o en los lados de los pies, causados ​​por la fricción en el zapato. Son especialmente comunes en personas que tienen juanetes porque el hueso sobresale hacia el costado del zapato.

Los callos generalmente no son un problema, a menos que comiencen a causar dolor.

Beneficios de los callos

Muchos atletas, músicos o trabajadores aprecian los callos porque ofrecen cierta amortiguación y permiten a la persona realizar su oficio o deporte sin dolor.

Los callos pueden proporcionar un nivel de protección contra ampollas, superficies duras y los elementos.

También pueden ofrecer protección para los pies al caminar descalzo o usar zapatos minimalistas y de caída cero sin comprometer la sensación táctil o la capacidad del pie para sentir y responder al suelo.

¿Debo eliminar los callos si soy corredor?

Si el verano está a la vuelta de la esquina y es posible que te sientas bastante mortificado por usar sandalias con tus feos pies callosos, pero ¿es una buena idea frotarlas si sobresalen tus pies?

La respuesta es que está bien lijarlos, pero no eliminarlos por completo. Cuando los callos se acumulan y se vuelven demasiado gruesos, pueden agrietarse y provocar sangrado, dolor y posibles infecciones.

Si vas al salón de uñas para hacerte una pedicura, simplemente pídeles que no eliminen completamente el callo. Presta atención mientras la esteticista está trabajando y dile que se detenga una vez que llegue a tu punto preferido.

Cómo evitar que los callos se vuelvan demasiado gruesos

¡Por supuesto que sabes que te vamos a decir que uses un zapato con forma de pie que permita que los dedos estén completamente abiertos para ayudar a evitar que los callos se acumulen demasiado gruesos!

El calzado tradicional se estrecha en la punta, lo que obliga a los dedos a aplastarse, lo que puede provocar callos en las puntas de los dedos y en los lados de los pies.

Si tiene callos en todo el pie, eso podría ser una indicación de que sus zapatos no le quedan bien. Confirma tu talla dirigiéndote a tu zapatería local y haz que un profesional te mida el pie. El tamaño del pie cambia a medida que envejecemos, ¡por lo que es completamente normal aumentar una talla!

Otra forma de evitar la acumulación es usar calcetines que absorban la humedad y eviten la fricción. Los calcetines más gruesos pueden ayudar a agregar algo de amortiguación, pero tenga en cuenta que es posible que deba aumentar el tamaño de su zapato para adaptarse al volumen adicional.

En casa, puedes utilizar regularmente una piedra pómez para mantener a raya los callos. Solo asegúrese de frotarlos hacia el final de la ducha, cuando su piel haya tenido algo de tiempo para suavizarse y no haya eliminado todo el callo. Simplemente lima la capa superior rugosa. Continúe con una crema humectante para pies para mantener la piel flexible.

Frotar demasiado fuerte o demasiado puede provocar sangrado, cortes y provocar infecciones.

Si realmente necesitas domesticar a las bestias, lo mejor es consultar a un podólogo para que un profesional las elimine.

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